viernes, 5 de febrero de 2010

Los duques del mambo

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Es muy triste asumir que mi única alegría en el terreno económico, sea el varapalo que se han llevado los controladores aéreos por su avaricia. El gobierno andaba necesitando dar un golpe de efecto tras las sucesivas gambas que ha metido (y seguro seguirá metiendo) en el ámbito laboral, y se lo han puesto a huevo. No parece de recibo que mientras el grueso de la población va en camino a convertirse en una panda de menesterosos, unos tipos privilegiados se empeñen en seguir magreando las tetas de la vaca pública.
Hace poco más de un año (el 5 de enero de 2009), publiqué un hilo que se llamaba: Vuelven los reyes del mambo; y en vista de que les han degradado, he modificado el título. Siguen siendo parte de la oligarquía laboral, pero como de un plumazo se han cargado gran parte de sus prebendas, supongo que se les habrá metido el miedo en el cuerpo y no harán ninguna huelga durante la próxima Semana Santa. Tengo muchas ideas de estas que proponer a un gobierno que se autotitula: "socialista", pero esperaré a ver en qué queda la cuestión para soltar mi entusiasmo tantas veces defraudado. El lema de la futura campaña del PSOE podría ser: "Controladores, de entrada No"
¡...Si es que soy muy rencoroso!

10 comentarios:

mangeles dijo...

pliññññ.....

Y yo como no puedo viajar en vión...y el único controlador aéreo que conozco, es un coleguita con problemillas de invalidez por exceso de alcohol en la sangre..pos...como que no soy recorosa...Pero le comprendo Santo Santón.. Besossss

Pombolita dijo...

Uy, anacoreta, has cogido carrerilla y no tengo ni tiempo para leerte...¡que bien!
Oye, ideas tengo yo a porrillo, pero me temo que no les van a gustar a sus señorías.
La primera: que se bajen el sueldo
La segunda: que renuncien a la vitalicia....

Bienvenido a la vida bloguera.

Ana dijo...

Qué bien leerle, qué lucidez, señor abad!!

Pues tiene usted todita la razón.
No sólo magrean impunemente la teta de la vaca pública, sino que tocan las pelotas con descaro a todo ciudadano con aspiraciones de viajar.

Todas las medidas son pocas, estas indecencias cotidianas nos las han endiñado como ruedas de molino y ahí seguimos, sin protestar ni reclamar, como si no nos estuviera costando la pasta a nosotros.

En fin... que un placer, como siempre.
Besicos.

Miss.Burton dijo...

Cambie rencoroso por justo.
Queda igual de bien, y es la puta verdad.
Mandahuevos la peña como viven, y los demás casando números que no casan nunca... Empezando el mes con unos gastos que son la puta nómina, y destrozando papeles para ver como cuadramos el puto mes y seguimos con el siguiente...HAY QUE JODERSEEEEEEEEEEEEEEE¡¡¡¡¡¡¡¡
Que nos nos falte el hogar, la comidita, y que la cabeza no falle. Si a eso le añadimos el amor...ooooooohhhhhhh, sería la hostia, verdad, querido amigo?¿
UN BESAZO COMO LA COPA DE UN PINO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

iliamehoy dijo...

Ahora entiendo su especial aversión a los aeropuertos...es porque allí habitan los sultanes de la extorsión, actuando a cara descubierta esgrimiendo su ego inmoral.
No son los únicos, pero eso no les redime ni ahora, ni nunca.
Una sonrisa

Anónimo dijo...

Sr. Abad, vuelvo por aquí, tras mi larga y triste ausencia y vuelvo a disfrutar leyéndolo. Cuán sabias son sus palabras...Yo también soy rencorosilla, de manera que podríamos formar un club (veo que hay más rencorosos entre los comentaristas) y proponerles nuestras ideas -probablemente muy lúcidas- a los gobernantes, a ver qué hacen.
Mis respetos

tequila dijo...

Buenas:
No creo que por lo escrito sea usted un rencoroso. Con su permiso le definiría como memorioso político, lo cual (dado el alto índice de ciudadanos olvidadizos y despreocupados que pueblan nuestra península) es una exigua virtud.
Soy una desconfiada y por aquello, históricamente demostrado, del “tanto tienes tanto vales” intuyo no es miedo lo que sienten los duques. Esperaremos a ver cómo y cuándo deciden contraatacar. Si no lo hicieran, por mi naturaleza anteriormente definida, creeré que el escarmiento fue de “cara al público” y el beneficio: “en petit comité”.

Besos Abad

ybris dijo...

Espinosa cuestión la de los sueldos.
Parece ley de vida aquel antiguo sonsonete "todos queremos más y más y más y mucho más". Lo malo es que el más de algunos se traduce en el menos de los otros.
Y no seré yo -acérrimo defensor de lo público frente a lo privado- quien propugne seguir la vía de las privatizaciones que venden a precio de saldo al beneficio privado lo que entre todos se hizo. Pero sí que se deje de abofetear al menesteroso con diferencias tan injustas como las que a diario nos sorprenden cuando comparamos ciertos sueldos y los contraponemos en el otro platillo de la balanza del esfuerzo con que se consiguen.
A mí -a quien jamás monopolio estatal antiguo ninguno trató tan mal como los actuales oligopolios privados tratan- bien se me ocurre que caminamos en la dirección contraria de la que deberíamos: de que lo público bien administrado no ceda de los campos ya costosamente adquiridos en defensa, educación y sanidad sino que se extienda a los otros dos derechos constitucionales aún pendientes: trabajo y vivienda.
Que yo no soy de los que hablan con sorna de un supuesto "papá estado" que nos mantiene en permanente infancia y tutela sino que se cree más bien y miembro de la gran comunidad de vecinos que formamos todos y que eligen a su propia admninistración a quien dan sueldo y exigen cuentas.
Y, como nadie de los vecinos parece hacerlo, yo pediría que me presentasen un cálculo riguroso y detallado de cuánto nos costaría a todos en términos de impuestos directos progresivos (y algunos indirectos si acaso para redondear) el dar trabajo a cuatro millones de personas en campos útiles -que vaya si los hay- para todos.
Sobre todo teniendo en cuenta lo que se ahorraría en subsidios, paros y lo que se ganaría en capacidad de gasto y ahorro individual.
A lo mejor resulta que no es peor de lo que ahora tenemos. Porque, por mucho impuesto que se baje, muchos salarios que se congelen, mucha flexibilidad laboral que se propicie, mucha rebaja de aportaciones a la Seguridad Social que se conceda, mucha libertad de mercados que se articule y muchos incentivos y parches que repartamos a entidades financieras, empresas de automoción u operadoras de telefonía, mucho me temo que no consiguiéramos otra cosa que aumentar los beneficios de las empresas y los sueldos de los directivos.
Que cuando se dice que vamos a la cola de Europa no me parece cuestión de buscar soluciones en los mismos errores neoliberales que hasta aquí nos han traído. Denme a mí un sueldo centrouropeo, un gasto en vivienda centroeuropeo y una seguridad social centroeuropea y verán si no cambio de coche, de móvil y de ordenador con más frecuencia.
Y si no aprovecho largas temporadas en más turismo interior.

Perdone usted el desahogo, señor abad. Es que yo también a veces soy tan rencoroso como el "cuervo ingenuo" de Krahe y cada vez menos propenso a fumar "la pipa de la paz con tú".
Por Manitú.

Un abrazo solidario.

la jardinera dijo...

Esto es una ruina y una merienda negros (hoy queda mal decir estas frases hechas, habrá que tener cuidadín).

La verdad es que cuando saltó la noticia de la huelga de controladores, no daba crédito, ¡panda de indecentes y caraduras!

Para ti, besos gordos,

la jardinera dijo...

y...







PLIÑ!