miércoles, 17 de febrero de 2010

La despedida



Lúzbel ha vendido el campamento a una promotora inmobiliaria, dice no sé qué de unos brotes verdes; el comandante Cucho se conchabó con un pastor por la comida (y Lulú, la cabra mansita). Esto no da para más, así que cogí la planta alucinógena que me regaló Leopoldo Vilches y me alisté en el “Izabella”, un galeón pirata con base en Isla Plana. Guadalupe Cienfuegos fue a puerto a despedirme con unas pancartas y muchos mocos; con suerte tendré ocasión de ver a mi amiga la Sirena en este destino.
Es curioso que este blog que empezó en la meseta, acabe hoy en el Mare Nostrum.
Ha sido para mí un privilegio recibiros, tanto en mi cueva en la corte, como en el campamento de Edén.
A saber dónde me llevarán los vientos, pero allí donde esté, pensaré en vosotros, los que me habéis demostrado un paciente afecto. Prometo escribir.

17 comentarios:

nacho dijo...

Saludos a Odiseo

mangeles dijo...

Escribame amigo...por fi...

Ayer le dieron un amedalla a los de la UMD...

Mándeme Vd. su nuevo espacio...

Besos grandes

la jardinera dijo...

¡¡Tío bueno, cacho bollo, pero mira que estás jamonazo!!!

Ten cuidadín por donde andas... ¡demasiada guapaura para ir por ahí tan sueltecito. A ver si se da una vueltecita por donde le esperan unas cuantas amigas juntitas. A ver, a ver...

Besos,

PD: A ver si cumple con sus promesas... ejem!

Pombolita dijo...

¿no será verdad que dejas ésto?

A ver en que puerto recala tu galeón; te aconsejo unas islas allá por La Sicilia, si quieres referencias de ellas, escribeme.

¡Buen viento de popa!

maria varu dijo...

aunque aparecí pocas veces dejando huella, compartí sus palabras... seguro que los vientos con los que se cruce se alegrarán de verle...

un abrazo

alkerme dijo...

Pero... contigo una nunca sabe qué pasa...

ayer anduve por aquí leyendo aunque sin comentar y, eso sí, antes de la despedida, hoy me siento visitada no sólo por el viento y la lluvia y vuelvo para encontrar un adiós.

Un saludo estés dónde estés y vayas dónde vayas, llévanos contigo, vuelve pronto, tal y como usted sabe hacer, recuerde a cierta ave que renacía una y otra vez...

besos desde este que ha sido sin lugar a dudas un jodido infierno...

cristal00k dijo...

Pues le deseo buen viento y mejores puertos en su nueva singladura. No es mal destino para un pirata de raza el Mare Nostrum amigo. Si además de por medio anda "esa" Sirena mejor se lo pone rufián!

Y sin importar si levantamos la copa o cruzamos los aceros... doy fé de que un auténtico placer fue encontrarle por donde quiera que le hallé.

Sólo me resta decirle que, el que avisa no es traidor y que desde la cubierta del Garfio de Nunca Jamás le vigilaremos de cerca.

Y como nobleza obliga, en esta provecta y vetusta patria de corsarios siempre habrá un hueco para vd. sus cofrades y su troupe de Edén. Dicho queda.

Le voy a echar de menos.

Anónimo dijo...

Las despedidas son muy tristes; recuerde aquello de que partir es morir un poco. Pero los que vemos el lado bueno de la vida, aunque ésta nos machaque de vez en cuando, confiamos en los reencuentros. Y los reencuentros son maravillosos.
Espero re descubrirle por otros lares y seguir disfrutando de sus andaduras.
Feliz viaje. Siempre suya

tequila dijo...

A veces venía a su blog y volvía a leer alguno de sus escritos. Entraba a cualquier hora de la noche por comprobar si aquel escrito en cuestión seguía despertando iguales sensaciones e imágenes en mi cabeza…
Me entristecen las despedidas y aborrezco los finales de aquello con lo que disfruté, aún sabiendo que el placer proviene en gran medida del carácter no perpetuo, del temor al “the end”, que nos hace apreciar como regalos (caprichos), cada nuevo encuentro.

Besos revolucionarios: de luna, huertos y “saltimbancos”

nacho dijo...

SUPERPLIÑ

Logan y Lory dijo...

Que la bonanza de los vientos hagan arribar a buen puerto ese galeón y si es posible, nos permita formar parte de la tripulación del bergantín, para surcar las aguas del Mare Nostrum.

Un abrazo, Antón, te seguimos....

Luisa Arellano dijo...

No me gustan las despedidas y menos si estoy con los stresessss en su punto álgido y apenas me queda tiempo para sacar el pañuelo, lleno de mocos y lagrimones claro, para agitarlo en el viento cuando el barco pirata se pone en marcha.

Espero que cumplas tu palabra de estar en contacto, porque te voy a echar mucho de menos... bueno a ti, y a toda la troupe.

No me gustan las despedidas.

Besos y todo mi cariño.

Luisa Arellano dijo...

Me acordé de que tenía por los cajones este poemilla y vuelvo para dejártelo.

Un final.

Qué no digas adiós,
dime hasta luego
que causa menos pena
y crearé el espejismo

de que solo hay presente
lleno de buenas nuevas,
de que estarás detrás
del clic de mi ratón.

No me digas adiós
que a poco me emociono
y suelto lagrimones,

repíteme hasta luego,
y paga unas cervezas
en el bar de la esquina.


Luisa Arellano.

Verdial dijo...

Vuelve. No dejes de escribir nunca.

Un abrazo

Guadalupe Cienfuegos dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Antonio Piera dijo...

Tenga usted buenos vientos, maese abad, y le conduzcan do la porfía aconseje o la suerte aporte. Usted será siempre bien recibido cuando vuelva.

Lokita dijo...

Pedazo pirata mi cosita :)
A ver donde va a hacer daño, usted!
Cuídese mucho y escriba de vez en cuando, aunque sea dentro de una botella arrojada al mar…
Besitos!