miércoles, 17 de febrero de 2010

La despedida



Lúzbel ha vendido el campamento a una promotora inmobiliaria, dice no sé qué de unos brotes verdes; el comandante Cucho se conchabó con un pastor por la comida (y Lulú, la cabra mansita). Esto no da para más, así que cogí la planta alucinógena que me regaló Leopoldo Vilches y me alisté en el “Izabella”, un galeón pirata con base en Isla Plana. Guadalupe Cienfuegos fue a puerto a despedirme con unas pancartas y muchos mocos; con suerte tendré ocasión de ver a mi amiga la Sirena en este destino.
Es curioso que este blog que empezó en la meseta, acabe hoy en el Mare Nostrum.
Ha sido para mí un privilegio recibiros, tanto en mi cueva en la corte, como en el campamento de Edén.
A saber dónde me llevarán los vientos, pero allí donde esté, pensaré en vosotros, los que me habéis demostrado un paciente afecto. Prometo escribir.

viernes, 12 de febrero de 2010

Lupita y el ángel


Un perro blanco orina largamente contra una higuera; aún no ha amanecido. Lupita junta caracoles junto al camino de la mina; sus pies descalzos brillan al contacto con el rocío sobre la hierba; observa al animal que lleva mucho tiempo en posición de ataque al tronco rugoso. Se desentiende de su búsqueda porque nunca ha visto nada semejante; como una mesa de patas desvencijadas con surtidor incorporado, el can mantiene un chorro animoso y constante que a veces se bifurca. Bajo esta higuera es donde dicen que los hombres del coronel Cifuentes capturaron a un ángel durante la guerra; nadie lo vio, pero todos lo dieron siempre por cierto. La soldadesca suele afianzar sus hazañas en el temor de los aldeanos, y su brutalidad conocida da un crédito incuestionable a lo narrado. Había quien aventuraba incluso una descripción del inmaculado: acordaban en que era flaco y tenía un aire mayestático y distante; pero discrepaban sobre si hablaba, o no.
Un gran escobón ha desparramado nubes rosas en el cielo gris azulado; va a llover hoy, y no importa que la cesta de caracoles esté casi vacía, mañana habrá para varios días.
–¡Allí, en la higuera!– grita alguien a espaldas de Lupita; esta se gira, pero no ve a nadie, y un viento repentino le mueve la negra cabellera. Un leve temor le hace recoger la cesta para marcharse; al pasar junto a la higuera no hay rastro del animal ni sus actividades... bueno, quizás esa pluma grande y blanca que recoge como quien cree que el misterio, puede cruzarse aún, con quien va descalzo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Los duques del mambo

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Es muy triste asumir que mi única alegría en el terreno económico, sea el varapalo que se han llevado los controladores aéreos por su avaricia. El gobierno andaba necesitando dar un golpe de efecto tras las sucesivas gambas que ha metido (y seguro seguirá metiendo) en el ámbito laboral, y se lo han puesto a huevo. No parece de recibo que mientras el grueso de la población va en camino a convertirse en una panda de menesterosos, unos tipos privilegiados se empeñen en seguir magreando las tetas de la vaca pública.
Hace poco más de un año (el 5 de enero de 2009), publiqué un hilo que se llamaba: Vuelven los reyes del mambo; y en vista de que les han degradado, he modificado el título. Siguen siendo parte de la oligarquía laboral, pero como de un plumazo se han cargado gran parte de sus prebendas, supongo que se les habrá metido el miedo en el cuerpo y no harán ninguna huelga durante la próxima Semana Santa. Tengo muchas ideas de estas que proponer a un gobierno que se autotitula: "socialista", pero esperaré a ver en qué queda la cuestión para soltar mi entusiasmo tantas veces defraudado. El lema de la futura campaña del PSOE podría ser: "Controladores, de entrada No"
¡...Si es que soy muy rencoroso!

viernes, 29 de enero de 2010

Prometo

Leí la noticia con un cierto estupor: ¡El Banco X había ganado un 16% menos...! ¿Menos que cuando?; ¿menos que cuando yo trabajaba y tenía una casa; pagaba las facturas y la pensión de mi hija?. Claro, es normal que los bancos ganen menos, y por eso me extraña que sea noticia. Los bancos son como las religiones exóticas; viven de los paganos, o sea de nosotros, los Paganinis de toda la soberbia usurera. Ellos dan por sentado que siempre ganarán, cada año más, por eso comparan sus resultados actuales con los más floridos del pasado reciente, y a la hora de afrontar los tiempos de vacas con cintura de avispa, como no se atreven a darle crédito a la panda de desgraciados que han generado, aumentan en un 7% la mordida por sus servicios a los que aún tiene ingresos; cobran comisiones por el dinero destinado a la catástrofe de Haití y ya no nos prometen siquiera una Magefesa por captar nuestro subsidio de desempleo.
El Estado, que acudió solícito al socorro de su socio principal, les deja hacer, porque cuando los bancos se recuperen de su funesta gestión y vuelvan a dar créditos, ambos trincarán de nuevo.
Cuando uno compra una casa no sabe que en realidad, lo que está haciendo, es comprar un aval, que podrá perder ante la menor contingencia contra estos dos poderosos adversarios; uno no puede llevarse su casa a ningún sitio, y el Estado y los bancos lo saben.
Pagaré mis créditos pendientes como siempre he hecho, y a continuación, cerraré mis cuentas, me negaré a pagar cualquier servicio a través de una entidad bancaria y volveré al colchón como caja de caudales.
Están necesitando un escarmiento, y por simbólico que sea, estoy dispuesto a dárselo.