sábado, 23 de mayo de 2009

Vendo dientes baratos



Las crisis económicas son cíclicas; espasmos vinculados al exceso en todas sus formas. En las economías de supervivencia, las crisis llegan cuando tras la bonanza de un período de estabilidad y la benevolencia coyuntural de la meteorología, se multiplican las bocas que una tierra puede alimentar con su estructura productiva. Entonces aparece el escarabajo de la patata; una nube de langostas, o es la tierra la que dice basta con su lenguaje polvoriento. Entre los conejos, cuando una colonia excede en individuos la capacidad de la tierra de alimentarlos, las hembras son capaces de neutralizar su preñez, reconduciendo así la situación. La ficción de que nuestro planeta podrá soportar la presión hasta el infinito, ha desembocado en soluciones pintorescas e irreflexivas, como la de la revolución cultural china, de acabar con los pájaros que exigían su ancestral quiñón de grano. El problema no eran las aves, sino el excedente de humanos, que acabaron asistiendo atónitos a las plagas de insectos que devoraban sus sembrados sin enemigos especializados para mantener el equilibrio.
Antes, con terreno que colonizar, las sociedades superpobladas daban una solución al problema, llevándose la semilla de su pueblo allí donde no hubiera quien le disputara el terreno, y en el peor de los casos, hacer tabla rasa con esos paganos autóctonos que no sabían reconocer a los escogidos de un dios cualquiera. Ahora está mal visto entrar a saco en la despensa del vecino en época de paz, por lo que es necesario encontrar un motivo para la guerra (¡ay Irán, que creo que te toca!), o avanzar la infantería económica, untando a cuatro cabrones para matar sin derramamiento de sangre, apenas de jugos gástricos.
A los VIP (Vampiros Internacionales de los Pobres), no les basta con garantizar la miseria de los productores de materias primas fijando los precios de sus cosechas a través de subvenciones a los de casa; también generan riquezas hipotéticas, y venden ilusiones a los cándidos ambiciosos que confunden valor y precio. El esplendor es siempre demasiado caro para pagarlo con el dinero real, así que hay que crear unos bienes ficticios y sobrevalorados, con período de caducidad, pero sin mencionarlo en la etiqueta. Nos cambiamos cromos sin valor, y que se joda el último, o sea tú y yo.

13 comentarios:

Lokita dijo...

REQUETEPLIÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑ
ahora le leo Sr. Antón,
pero es que no he podido evitar imaginar la cara de mi Cosita llevándose un chasco :)

Lokita dijo...

los últimos serán los primeros,aunque jodidos en todo caso.

ybris dijo...

Si hay algo que verdaderamente me sorprende tanto como me indigna es la facilidad con que unos pocos se apropian de las leyes naturales en provecho propio.
Ya sabíamos de los ciclos naturales que siempre giran sobre la conservación de la masa y la energía pero con la neutralidad de los hechos que conciernen a la vida, la muerte y la supervivencia de todos.
En el caso de las crisis cíclicas algunos han conseguido colocarse en el lugar del eje para que el subir, bajar, girar y renovarse sea cuestión siempre de los otros.
Eso otros que siempre son los que causan y soportan el movimiento.
O sea las crisis las soporta el ratoncito Pérez cuando ya los dentistas se han llevado su parte inamovible a los paraísos fiscales.

Un fuerte abrazo.

Nancy dijo...

He leído tanto sobre las crisis que empiezo a temerles. Pero, la verdad, no sabría ni por qué. Comentaba en otro blog que aquí en este país en el que me tocó nacer la normalidad es la crisis. Hay crisis de todo tipo, de valores morales, de conciencias, de salud, de educación, de trabajo, financieras... en fin, señor Abad, no sé qué decirle.

mangeles dijo...

Tiene toda la razón amigo Sincurro. Pero después de leer a Nancy, también creo que ella tiene razón. Hay lugares donde la crisis es crónica.

Y lo más triste es que efectivamente el dentista se forra, el cirujano se forra, el oftalmólogo se forra, ...y también el abogado, y el arquitecto, y...

Todos menos los maestros, los profesores, los artistas en general, y....los curritos.

En fin...

Besos...muchos besos. Siempre un placer leerle.

(Pd.Debe ser alucinante vivir en la casa del ratoncito Pérez jejeje)

cristal00k dijo...

Confundir valor y precio es una práctica común del primer mundo, que lleva a muchos ingenuos a la ruina económica y moral.
Cuando llegan estos tiempos de recesión, el que más y el que menos acaba buscándose una ruta alternativa para salir de la cuneta en que le han dejado, también los de siempre... pero...¡que le voy a contar! si
andamos todos en lo mismo.

Sigue lúcido y certero el Sr. Sincurro. Debe ser que le sienta bien el campo y la luz del Mediterráneo.

¿Cómo va ese huerto? espero que que prosperando.

Un abrazo amigo.

Miss.Burton dijo...

Está claro, en tiempos como los que nos toca vivir, la peña que se jode es la del último escalón social, aunque esta vez me está sorprendiendo que la historia afecte a otros escalones que creía intocables. Pero vamos, que los de arriba del todo, como siempre, ni se enteran, o sí se enteran no les duele el bolsillo ni el alma tanto como a los que nos piden productividad por semanas, y sino, tepiraschata.
Bueno... le veo muy reivindicativo, y eso mola, aunque tampoco sea nada nuevo, porque ud siempre fué un justiciero de los pies a la cabeza.
Le dejo un besazo fuerte, sepa que se le echa de menos al phone, mucho...

Luisa Loida dijo...

hola bendiciones que bueno pasar a visitar tu blog. Que Dios te siga usando.

cristal dijo...

Me ha gustado tu entrada. He llegado desde el blog de Cristalook porque me sentí muy de acuerdo con las opiniones que manifestaste. Me alegro de haber llegado. Seguiré leyéndote

mangeles dijo...

TOMAAA PLIÑÑÑÑÑ....que ilusión...y sin trampillas jejejee.

Besosssss y quesosss

isis de la noche dijo...

"El hombre el lobo del hombre"

Está escrito...

un abrazo desde un lugar de este inhóspito mundo....

Antonio Martín Bardán dijo...

Ay, don Antón, qué mundo éste...
Y sin embargo en los anuncios vemos otro muy distinto. ¿Dónde estará ese otro mundo?
Ahora se están tomando medidas para reflotar el comercio del automóvil. ¿Y dónde piensan meter tanto coche?
Al final fabricarán coches que duren sólo un mes o dos, así la industria está asegurada.
La verdad es que no entiendo gran cosa, excepto que esto se nos va de las manos a marchas forzadas. Somos demasiados.

Un abrazo, señor ermitaño.

mangeles dijo...

¡¡¡VISCA EL BARSA¡¡¡

Besossss mediterráneos