lunes, 1 de septiembre de 2008
Un dia cualquiera
Todo estaba dispuesto, la casa estaba reluciente, había puesto velas y música agradable. Nunca nos habíamos visto, no había cita pendiente; y sin embargo, la esperaba. Las viandas no eran gran cosa, pero ya sabe como soy yo de austero (especialmente cuando se supone que hay que lucirse por huevos); a mí me vale cualquier Jueves de Abril para celebrar el año nuevo, o cuando me dé la gana, que ese es el único privilegio que tiene un asceta.
Como le dije antes, aguardaba que se presentara de improviso, ensayando una naturalidad pasmosa; y mientras repasaba todos los detalles, apareció tras franquear, no sé cómo, las tres puertas que me aíslan.
–¡Joder, qué mal se aparca aquí Antón!, dijo con un tono para viejos conocidos. Colgó bolso y abrigo en el perchero, revelándose enfundada en un celestial vestidito violeta. Un río intenso corría dentro de mí buscando el centro; me repuse milagrosamente, ¡cómo agradecí haber visto las antiguas películas de Victor Mature! En una mascarada casi tan buena como la suya, le señalé la pila de la cocina rebosante del tiempo empleado en la decoración y las mariconadas y le solté:
–Hoy te toca a tí cielo. Por un momento creí verla vacilar; ella no me soñaba como un Homo Antecessor de esos que aún perviven, pero dudó unos instantes, antes de encajar la broma. Yo aproveché su momentánea confusión para sorprenderla:
–¿Me das un bico?.
No se imagina qué bien lo pasamos, bailamos un buen rato y comimos como cerdos (mucho y con entusiasmo).
Lo del sexo no llegué a imaginármelo porque me dio hambre, y recordé que no había nada preparado. Me fui a cocinar pasados quince minutos de la medianoche; fuera había ruido a Sábado desaforado, pero aquí dentro siempre hay paz, y hoy era una muy ordenada y vistosa.
Puedo tener lo que quiera con sólo imaginarlo.
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2 comentarios:
Privilegio de ascetas, hermano.
Quebrantar la clausura con bellezas que se esfuerzan por aparcar cerca.
Morrearse y ahuyentar demonios con pitanzas varias.
Y encima librarse de fregar.
Desiertos así hay que promocionarlos.
Abrazos.
SEguro que tiene Vd. más de lo que cuenta Abate reverendo.
Mis bendiciones
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